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jueves, 8 de febrero de 2018

El dislate de las "Portavozas": ¡basta ya de "@s"!





La RAE aclara.
Fundación del Español Urgente: Femenino de "portavoz".
Queridos y queridas lectores y lectoras, altos cargos y altas cargas:

Me dirijo a vosotros y vosotras, ustedes y "ustedas", para denunciar algo alga que me preocupa "bastanta": las "estupidezas" con las que herimos a nuestro pobre "idiomo".
Un glorioso día de un año no menos glorioso, alguien tuvo la ocurrencia de afirmar que el lenguaje es sexista. Intuyo que estaba aburrido, sin nada más útil en que invertir un tiempo que dilapidó con nimiedades del género. Precisamente: del género. El masculino se emplea para generalizar cuando hay conjuntos de elementos masculinos y femeninos; una mera cuestión de gramática ajena a la discriminación de las mujeres. El lenguaje opta por la economía y, lógicamente, evita redundancias innecesarias; repeticiones farragosas que tornarían imposible la lectura de lo que pretende comunicarse, además de quitarle belleza y fluidez. Imaginad cualquier texto literario escrito así; cualquier conferencia pronunciada en esos términos. Los defensores del "todos y todas" son unos incongruentes: lo emplean sólo al principio porque ellos mismos no se soportarían recurriendo siempre al masculino y al femenino. Lo que hay que hacer para no discriminar es llamar a cada uno por su nombre, así no se deja a nadie. Toma nota, presidente, para cuando te dirijas a la nación.
Pero, ¿cómo es posible que hayan dado cancha a tamaña estupidez? Cuando empecé a trabajar en la enseñanza secundaria y vi en los libros de texto "Los y las adolescentes", "los niños y niñas", etc., quise escribir a las editoriales. En fin: por lo menos no ponía "estudiantas" y "adolescentas". No os riáis, que decimos "presidenta". Ya anda generalizado modisto". ¿Por qué no "artisto", "periodisto" "equilibristo"? ¿Habéis olvidado que el sufijo -ista, como la terminación -ente, no tiene nada que ver con el género; que los artistas y paracaidístas, los dirigentes y los suplentes pueden ser hombres y mujeres? En cuanto a las paridas actuales mencionaré "miembra", "portavoza [1]", "soldada (por "mujer soldado")... Ampliad la lista como queráis.
Por cierto. ¡qué es eso del Homo Sapiens? ¡También había mujeres! Propongo Homo / Mulier Sapiens; o, a este paso, más bien Insipiens. ¡No, era broma; no vayan a hacerme caso! ¿Y los homicidas? ¡También matan a mujeres! Homi-muliericidas. Igualmente antropo-ginecomorfo, fraterno-sorerno, patermaternal, etc. ¡Oh, qué ganas de complicarlo todo! Como el ansia por alargar las palabras innecesariamente para darse ínfulas: analítica, problemática, climatología en vez de análisis, problema y tiempo; porque la climatología es la ciencia que estudia los climas y no la predicción meteorológica. Ahora ya no se ven vídeos, se visionan. Los ciegos somos invidentes y los discapacitados, diversificados funcionales. ¿Y qué decir de expresiones absurdas e insulsas como "poner en valor"? O los pies que están por todos sitios: "a pie de calle", "a pie de playa", "a pie de carretera", "a pie de urna"...

Los hablantes de cualquier lengua tenemos el deber de conocerla y la obligación de cuidarla. Además, si vamos a comunicarnos con otros hemos de hacerlo bien, evitando ambigüedades y sin hacer de nuestro mensaje un maremágnum ilegible. Por favor: ¡esforcémonos! Pensad en tantos grandes de las letras: ¿qué dirían? Considerad la diferencia entre una condena a muerte y un indulto... ¡por una sola coma! Imaginad lo que ocurriría en casos de emergencia ante malentendidos por uso impropio del idioma! No: nada de esto es baladí. Un texto mal escrito, con faltas de ortografía e incorrecciones gramaticales, disuade a posibles lectores. Nuestra mejor carta de presentación es, por tanto, una escritura cuidada y un estilo claro, con los signos de puntuación donde corresponde, los vocablos adecuados y una fluidez que excluya repeticiones y posibilite la correcta interpretación de lo que queremos decir. El pretendido "lenguaje no sexista" supone una gran traba e introduce elementos de distracción y tedio que provocarían nuestro abandono inminente y malhumorado de tan repugnante lectura. Creedme: ¡va contra toda lógica!

Espero que hayáis quedado conformes y con formas.
[Unas horas después]
Irene Montero (¿o "Montera"?), la señora de Podemos que ayer se quedó tan a gusto con sus "portavozas", hizo algo muy común en nuestros políticos y en general: "mantenella y no enmendalla". Entre otras insensateces, afirmó que la RAE tiene mucho que aprender. ¡De ella, por supuesto! No comento nada porque no quiero destrozarme la "voza": la necesito entera para los conciertos de la próxima semana.
Por favor, señores académicos: ¡vengan y explíquenles cuán errados andan! ¡Refútenles sus descabelladas teorías! ¡Frenen este virus peligroso! Temo por la salud del español, víctima a diario de envites como los que denuncio. Don Miguel: menos mal que no puedes verlo. ¿Me ayudas a "desfacer el agravio"? ¡Contempla las heridas supurantes de la que otrora fuese lengua del Imperio! Quienes la usamos nos dolemos con ella y vislumbramos su inminente catástrofe. En un país con sistemas educativos encaminados a la mediocridad y formación deficitaria que conlleva una extremada pobreza en lo referente a la autoevaluación y el espíritu crítico, albergar esperanzas de mejora es casi una utopía. En vez de aprender de nuestros errores creciendo con ellos y evitando su recurrencia, los defendemos absurda y obstinadamente desde la atalaya de la más absoluta obcecación, la más peligrosa rigidez mental. ¡Cómo nos ayudaría ser humildes! La humildad es directamente proporcional a la cultura: cuanto más profundo resulta el caudal de nuestros conocimientos, tanto más conscientes somos de la inmensidad que nos falta por saber. Esto, lejos de amilanarnos, tendría que producirnos oleadas de dicha, curiosidad y ganas de seguir aprendiendo. Así les ocurre a los científicos, por ejemplo, que investigan con denuedo para hallar nuevas respuestas. Cuando la Humanidad se extinga, habremos dejado muchísimo terreno sin descubrir: ¿no es maravilloso? Gracias a ese incansable anhelo de conocer hemos llegado hasta aquí. Sería una tremenda irresponsabilidad que frenáramos nuestra imparable carrera optando voluntariamente por la alienación y la pasividad. Sugiero empezar por el idioma queriéndolo, cuidándolo, respetándolo y desgranándolo. La lengua es vehículo de cultura y con ella nos podemos adentrar en saberes de todo género que irán enriqueciendo nuestro acervo. Desde este punto podemos marcarnos cualquier meta. Sólo así obtendremos la tan necesaria amplitud de miras y, como consecuencia natural de todo ello, seremos mucho más tolerantes y abiertos porque admitiremos los fallos, propios y ajenos, dentro del proceso normal sin que nos pese, ofusque o denigre corregirlos; disfrutaremos de la excelencia y del buen hacer. Todos tenemos acceso a esa sociedad: basta desearlo. Nunca antes hemos gozado de tanta información al alcance de la mano: ¿a qué esperáis?

NOTAS.
1). La palabra "Portavoz" deriva del latín "PORTARE", verbo que significa "llevar", más VOCEM, acusativo de VOX-VOCIS ("voz"). Primero se diría "voce" para luego perderse la -e final, como ocurrió con "felice" y otros vocablos. Quienes promulgan o difunden un mensaje, quienes representan a un determinado organismo son los portavoces; hombres y mujeres. En caso de ambigüedad, la marca de género la proporcionan el artículo o los determinantes: el portavoz, esta portavoz... La iluminada Montero y sus acólitos, si consideraran mínimamente aspectos gramaticales y etimológicos de lo más simples, habrían podido deducir que, en caso de optar por un despropósito tan absurdo como "portavoza", se verían obligados a decir "voza".

Las escritoras españolas responden a Irene Montero.

"—¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabamos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimental si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significados secundarios eliminados y olvidados para siempre? Y en la undécima edición nos acercamos a ese ideal, pero su perfeccionamiento continuará mucho después de que tú y yo hayamos muerto. Cada año habrá menos palabras y el radio de acción de la conciencia será cada vez más pequeño. Por supuesto, tampoco ahora hay justificación alguna para cometer crimen por el pensamiento. Sólo es cuestión de autodisciplina, de control de la realidad. Pero llegará un día en que ni esto será preciso. La revolución será completa cuando la lengua sea perfecta. Neolengua es Ingsoc e Ingsoc es neolengua —añadió —con una satisfacción mística—. ¿No se te ha ocurrido pensar, Winston, que lo más tarde hacia el año 2050, ni un solo ser humano podrá entender una conversación como esta que ahora sostenemos?"

George Orwell: "1984".

14 comentarios:

  1. Has dado en el clavo. ¡Totalmente de acuerdo! Jordi

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  2. ¡Sencillamente genial! ¡Gracias Rocío!

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  3. Muchas gracias a todos. Incluyo al comienzo un comentario de la RAE.
    No es mi tesis, sino sensatez idiomática; corrección; sentido común.

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  4. Pienso exactamente igual que tu¡¡ Ya está bien de destrozar nuestra lengua¡¡

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  5. No, señor Anónimo, que estas "feministoidas" se lo van a apropiar y van a salir "genialas" por todas "ladas".
    "Adiosa".

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  6. José: tu comentario me ha llegado al correo, mas no aparece aquí.
    ¡Vaya honor! Que hablen de ti, aunque sea mal. Es como quienes matan a personalidades con el único objetivo de pasar a la Historia.
    Ciertamente, la señora Montera no hubiese podido imaginar tanta fama.

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  7. Mejor que "portavoza" debería autodenominarse iluminada. Ésa sí que termina en a, como le gusta a ella.

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  8. Lo malo es que hay tantos que piensan así... Es triste: ¡pobre idioma!

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  9. Que exquisito comentario, disfruto mucho las entradas del blog.

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  10. ¡Muchísimas gracias! Me alegra que disfrutes.

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